El alumno en el centro

Con el alumno en el centro y como protagonista principal del proceso educativo, nuestro estilo formativo se compone de un trabajo en cinco dimensiones

Nuestro propósito de educación integral se desarrolla a través de objetivos claros del saber ser y el saber hacer, componiendo a través de dimensiones complementarias un perfil identitario de nuestros alumnos. Nuestro compromiso y motivo de orgullo es que este perfil los acompañe toda su vida.

Dimensión ético-valorativa

Descubrir y encarnar valores como:

  • Alegría
  • Sencillez
  • Firmeza y suavidad de carácter
  • Puntualidad
  • Fortaleza
  • Respeto
  • Pureza
  • Bondad
  • Optimismo
  • Prudencia
  • Orden
  • Pulcritud
  • Modestia
  • Cortesía
  • Sabiduría
Dimensión física
  • Valorar el propio cuerpo mediante el respeto y el cuidado del mismo, evitando acciones que atenten contra su salud y realizando acciones que favorezcan su sano desarrollo.
  • Reconocer el cuerpo como elemento constitutivo de su ser persona, al igual que su alma.
Dimensión afectiva
  • Integrar en la propia vida las emociones, los sentimientos y la sexualidad.
  • Valorar su propio núcleo familiar como ámbito necesario para su sano crecimiento.
  • Generar relaciones de amistad de manera estable y duradera.
  • Vivenciar la propia identidad desde una sana autoestima.
Dimensión cognitiva
  • Poseer una actitud crítica ante el conocimiento que le permita sintetizar la dimensión Fe y cultura.
  • Descubrir en el proceso de aprendizaje el desarrollo de sus propias habilidades intelectuales, motrices, estéticas y éticas.
  • Demostrar una sólida preparación aplicando los conocimientos con la seguridad que se adquiere cuando se ha aprendido y ejercitado de una manera inteligente y práctica.
  • Valorar la dedicación al estudio, el esfuerzo, el orden y la responsabilidad como factores primordiales para el aprendizaje.
  • Ejercitar un razonamiento creativo que le permita situarse en la vida e insertarse en el mundo del trabajo de manera solidaria y responsable.
Dimensión comunitaria-social
  • Desarrollar una personalidad madura que logre insertar su carácter único e irrepetible en la comunidad a la que pertenece.
  • Ser partícipe de las realidades y problemas de otros y responsable de sus soluciones desde una visión cristiana del servicio.
  • Enfrentar las exigencias de la sociedad no sólo desde lo intelectual, sino también enriqueciéndose como personas y siendo competentes para establecer relaciones interpersonales armónicas, dando sentido a su vida de acuerdo a los rasgos de nuestra espiritualidad rosarina: alegría, sencillez y laboriosidad.
  • Sentir amor y pertenencia por la Patria, la región en la que vive y su Colegio.
  • Conocer y respetar las normas institucionales.
  • Ser constructores de una cultura que opte por la paz y la justicia.
Dimensión trascendente
  • Dirigir la vida personal y familiar hacia un fin trascendente
  • Asumir un compromiso cristiano y ser portador de los valores del Evangelio para la construcción de la civilización del amor.
  • Integrar una “piedad amable y sencilla”, en la vivencia de los Misterios del Rosario, con profunda connotación Eucarística y Mariana.
  • Ser artífice de su propio proyecto de vida, integrando oración y trabajo; Fe, cultura y vida.